viernes, 17 de abril de 2009

Aldaruj

Aldaruj comenzó a recordar su historia, se remontó a muchos años en el pasado, demasiados como para tan sólo contarlos, se vio con otros ojos; en otra vida:

“Todo había pasado cuando el ser humano tenía pocos años sobre la Tierra y sólo eran escasas las generaciones que separaban a los que estaban vivos de los que ya habían pasado. Cuando todavía estaban frescas las ideas sobre Dios, ya que él mismo las había enseñado a sus ancestros; a los que todavía recordaban por nombre.

Aldaruj vivía en una villa del continente del este, la más avanzada de todas, la más justa de todas. Se había criado en una pequeña casa, como hijo de un artesano de espadas. Por este motivo siempre le había gustado el brillo de una hoja y el reflejo de ésta sobre las aguas y a su vez el de la luna en ella. Desde muy joven se había vuelto un experto en todo lo que el arte del acero implicaba.

Aldaruj era alguien muy noble, se caracterizaba por su calma pero a la vez por su deseo de entender las cosas. Y más que por eso….. de arreglarlas.

Su mejor amigo era Xaxún. Los dos habían crecido juntos y si de alguna forma se podía catalogar su amistad era como una continua competencia. Cada cosa que Aldaruj hacía, Xaxún trataba de superarla y así había sido siempre. Claro que todo en buenos términos y no podía ser de otra manera…. O al menos eso era lo que Aldaruj pensaba.

Un día, una hermosa chica del norte llegó a vivir a la villa. Cuando ambos la vieron sintieron una extraña sensación. Los dos quedaron prendados de ella. Y quizás por su historia, comenzaron a competir por su atención. Al comienzo no era nada serio. Pero poco a poco los dos se fueron enamorando de ella….

Este amor generó en ellos una fuerte rivalidad. Una muy diferente a todas las que habían pasado juntos. Llegó a tal punto que en una oportunidad los dos tuvieron un enfrentamiento verbal en plena plaza principal.

Desde ese día ya las cosas habían empeorado demasiado. La chica poco a poco comenzó a preferir a Aldaruj. El corazón de Xaxún comenzó a corromperse….

Una noche Aldaruj salió a citarse con ella. Xaxún lo siguió muy de cerca y los encontró a ambos. Los celos lo invadieron y lo retó. Un gran duelo comenzó. Ambos eran muy hábiles, no por nada se habían entrenado tanto tiempo juntos. La lucha era muy pareja, demasiado, cualquiera podría ganar. Tratando de evitarlo, ella se interpuso y fue atravesada por ambos….

Al ver esto Aldaruj la cogió y sostuvo. Ella lo observaba, y poco a poco cerró los ojos… Xaxún se sintió destruido e hizo sólo lo que el honor le indicaba, se lanzó por el barranco… A su vez Aldaruj cogió su espada y se suicidó con ella. En el barranco Xaxún se aferraba de unas raíces, pero no pudo sostenerse más y cayó a su muerte…”


Aldaruj recuerda esto y le parece una eternidad la que ha pasado desde ese día, hasta siente como si fuera otra persona, ya ni siquiera cenizas quedan de lo que en algún momento fue su pueblo. Sólo quedan él y Xaxún. De la misma manera que fue al comienzo, de la misma manera que fue al final. Todo el tiempo que ha pasado, toda la experiencia que ha ganado como Señor Oscuro le ha hecho entender mejor la vida, las razones de la gente para actuar de determinadas maneras, pero pese a todo todavía siente que ese incidente fue demasiado estúpido, demasiado inútil… Ya lo único que puede hacer es “vivir” –si se puede llamar a su existencia eso- de lo que está seguro es que su dolor ni el de nadie puede justificar el causar daño a otros. Xaxún debe de ser detenido y él mismo lo debe hacer, pase lo que pase. Esa es su meta y siempre que se impuso una, la cumplió de la forma que sea...

viernes, 27 de febrero de 2009

Algunas frases que me vacilan

En mi cel guardo frases que me vacilan, a continuación algunas frases que he escuchado de películas, series o que he leído en algún libro.


"Serás de mi propiedad -como mi perro- te querré más, pero confiaré en ti menos!"

"Romperé tus fotos y se las daré de alimento a los cerdos, de ahí mataré a los cerdos y lanzaré sus restos a los perros"

"Nacemos inocentes, no buenos"

"La adversidad es la piedra en que afilo mi navaja"

"Es un corazón nuevo, deberías aceptarlo..."

"Cuando el inconsciente es muy fuerte, se llama Destino"

"Todos sabemos apostar, pero muy pocos sabemos a que número"

"No te cuides tanto las espaldas que no puedas ver al frente"

"Queremos a las personas por sus virtudes, pero las amamos por sus defectos"

"Todos tenemos nuestras máquinas del tiempo. Las que nos llevan al pasado son nuestros recuerdos, las que nos llevan al futuro son nuestros sueños..."

"Reza por mí, yo no tendré tiempo"

"¿Cómo estás? Quitándome lo malo, muy bien!"

"Si usamos una careta mucho tiempo, ya no se puede quitar"

"Son burócratas, si se cayeran por la ventana les tomaría una hora llegar al piso"

"El poder radica en contar los secretos... una persona a la vez"

"Niega el mal y negarás la responsabilidad"

"Si es demasiado accesible, se pierden los encantos"

Varias las usaré en algunos escritos...


TLA, ches, digo

Cyd -es una cuestión de personalidades múltiples!

...o lo que sea!

sábado, 31 de enero de 2009

Para retomar mis historias

Como siempre, dedicada a ti...


Una caminata en el bosque


Siempre fui muy obstinado para darme cuenta si una situación era insalvable. Recuerdo que desde niño todo lo que sabia me había sido inculcado dentro del grupo. Mi vida –por así decirlo- le pertenecía a la orden de los Protectores. A todos se nos enseñó de la misma manera, los mismos principios y la misma lógica de ver el mundo.

Al comienzo todo me parecía bien y “normal”, pero conforme fui creciendo comencé a ver las cosas de una manera diferente. Todavía creía en nuestra misión, pero muchas de las concepciones de la realidad que tenia ya no las compartía con la misma vehemencia que mis “hermanos” -o sin ir tan lejos- que cuando era más joven. Dentro de su inmensidad, nuestro mundo era muy pequeño.

Todos los terceros días del ciclo lunar pulíamos nuestras habilidades físicas y mentales en enfrentamientos amistosos. En estas situaciones mis pensamientos eran encontrados, sabía de la utilidad de estos ejercicios, pero mi mente divagaba y se preguntaba si no había algo más. Uno de esos días, estaba entrenando con tres de mis hermanos en las afueras del bosque junto a uno de los afluentes del gran mar. En esa oportunidad con la excusa de querer alejarme para meditar, me sumergí en el bosque. Permanecí dos horas caminando sin rumbo fijo hasta que encontré una pequeña población. Las casas era escasas y se encontraban muy cerca, unas de otras. Los hombres se dedicaban a la recolección de todo tipo de frutos que pudieran encontrar. Su vida era aparentemente simple y sin muchas preocupaciones externas, algo como lo que yo deseaba. Pero por el momento -y quizás para siempre- solo podía observar.

Pasó un tiempo en el que sólo me dedicaba a ir y visitar esa villa. En los momentos que podía, hablaba con los habitantes. No fue algo fácil, debido a mi status de aspirante a protector, se me miraba con cierto recelo y las conversaciones eran más que nada esporádicas. Todo era así, hasta que la conocí.

Recuerdo ese día con el olor de las memorias empolvadas. Como un evento que sigue siendo tal pero que con el pasar de los años se vuelve aun más preciado. Al final de cuentas todos los días que vivimos pueden parecer lo mismo pero sólo cuando regresamos por alguien a un momento en el tiempo, a un comienzo, sólo posible de ver en forma retrospectiva, es de la forma que los azares se cargan con el peso de lo vivido.

Ese día –como estilaba- me separé de mis compañeros y me dirigí al poblado. Fue así como vi a una joven que se trepaba en uno de los arboles como queriendo atrapar algo. Me llamó poderosamente la atención que su apariencia mostraba una extraña mezcla de delicadeza y arrojo. Me acerqué y pude divisar que lo que trataba de asir era un pañuelo azul que posiblemente con el viento había terminado en ese lugar.

Me percaté que pese a su arrojo, no aguantaría mucho tiempo en las frágiles ramas. Así que me coloqué cerca, en el caso de que fuera necesario socorrerla. No pasaron muchos minutos, cuando cayó intempestivamente y la atrapé en pleno camino hacia el suelo. Como era lógico estaba bastante asustada por la situación. Traté en la medida de lo posible de tranquilizarla e hice que se pusiera en pie.

Cuando el susto pasó, me presenté y ella me dijo su nombre –el que hasta ahora tengo enraizado en mi ser. Me parece curioso como pasan las cosas. Por ese breve momento de peligro y como consecuencia de mi presencia nos volvimos amigos rápidamente. La razón de mis visitas a la villa habían pasado de ser un escape de mi parametrada realidad a estar con ella el máximo tiempo posible. Se podía decir que con ella comprendí –esta vez- con total certeza que mi vida antes de conocerla no había sido más que un devenir...

Pasaron algunos meses de visitas furtivas, nuestra relación se había vuelto más fuerte. Aprendí a apreciar su compañía y ella la mía. Caminábamos y hablábamos de casi cualquier tema. Nos inquietaban nuestros diferentes orígenes. Su voz y verla era lo único que me brindaba felicidad.

Pero había un peligro. Dentro de la orden, se nos permitía contactarnos con extraños pero sólo por momentos breves. Si alguien se enteraba de mis visitas y de mi amistad con ella, las consecuencias serían desastrosas.

Un día mis miedos se volvieron terriblemente cercanos cuando inadvertidamente me siguieron. Cuando regresé a encontrarme con los demás me amenazaron con divulgar lo que estaba haciendo y ponerme en evidencia ante los mayores. Por ello prometí, no regresar nunca... Al menos eso fue los que les dije. Toda esa noche pensé en esos meses, en las cosas que habían cambiado en mí. En la importancia que tenía ahora tomar mi propio camino, mis propias decisiones. Y principalmente, en ella. Al día siguiente me escapé. Mi pasado y el legado que se me había inculcado desde niño, ya no me interesaban.

Mientras me dirigía a encontrarla, muchas cosas rondaban mi cabeza. Sentía que lo que hacía era lo correcto, pero eso no alejaba el miedo de mí, de enfrentarme a todo y todos. Pese a ello, la figura recurrente en mí, era la suya. Tenía que apresurarme...

Cuando llegué a la villa, me tomó sólo algunos momentos encontrarla. Conocía bien sus pasos, como ella los míos. Vi su rostro de alegría y ella se percató de la mezcla de emociones en el mío. Le conté lo que había acaecido y que quería escaparme con ella. La idea siempre estuvo dando vueltas, pero esta vez quedo quieta entre los dos. Y decidió acogerla.

Sacó algunas cosas que le eran valiosas y emprendimos nuestro camino. Muy claros de donde ir no estábamos, pero sí de donde y cómo no queríamos estar.

Lamentablemente no me dejarían ir tan fácilmente. No caminamos demasiado cuando tres de mis –desde ese momento- ex hermanos nos cerraron el paso. Se me increpó haberme olvidado de mis juramentos y motivos, y que me había convertido en un agente de conflicto. Que mi insurrección sólo podría ser acallada si mi voz no hablase de nuevo.

Les dije que se apartaran, que mi vida y mis problemas eran sólo míos, de nadie más. Y que mi vida estaba con ella. Pero hicieron caso omiso de mis palabras y nos atacaron. Pude ponerla a buen recaudo y los enfrenté. ¿Quién hubiera podido pensar que parte de lo que aprendí lo terminaría usando en su contra? En otras circunstancias y contra otras personas, de seguro que los ancianos hubieran estado orgullosos de mí. Pero ese día, no.

Ella observaba a una distancia segura. Su mirada sobre mí, me daba más fuerzas para continuar. No permitiría que nadie la tocara. Pude vencer a dos de ellos con mis técnicas. Difícilmente me sostenía en pie contra el último de nuestros atacantes. Se elevó por uno de los árboles y lanzó un último golpe de viento sobre mí, que pude repeler y regresar con su misma fuerza, derribándolo. Ella se acercó alegre hacia mí, me ayudó a incorporarme y comenzamos a avanzar. Todo parecía haber pasado, cuando por la espalda sentimos una potente ráfaga que nos lanzó al suelo, de reojo pude ver que fue el último suspiro de uno de ellos.

Pasaron algunos minutos y recobré la conciencia. La busqué con la mirada y vi como estaba gravemente herida, pero viva. No podía moverla, pero hice todo lo posible para estabilizarla dentro de un campo almático. Me tragué mi dolor y fui lo más rápido que pude a buscar un curandero. Cuando la revisaron. El pronóstico no era bueno...

Debía de haber una manera. Alguna forma de curarla. La que sea para que se quedará aquí conmigo. ¡La que sea! Quizás había una...

Regresé al refugio donde crecí. Debía ser muy cuidadoso, aunque los que me atacaron ya no eran más. Era muy posible que no fuesen los únicos obstáculos. En el refugio, existía un lugar especial, detrás de la Cámara Central. Ahí se encontraba el más grande tesoro. El Gran Cristal de Dios. Si tan sólo lo pudiese llevar donde estaba ella, su energía sería capaz de curarla. El Cristal se encuentra dentro de una urna. En la gran puerta antes de la Cámara, siempre hay dos guardias apostados las 24 horas. Me escabullí hasta ese lugar, no por nada toda mi vida se había desarrollado entre esos corredores, a final de cuentas, nunca el peligro se consideró interno. Los guardias me vieron y me preguntaron por mis intenciones, los traté de engañar diciendo que venía por solicitud de uno de los maestros, pero no me creyeron. Los ataqué y penetré la habitación, mientras luchaba con uno de ellos, el otro escapó y fue por ayuda. Pude ver el Cristal al alcance de mis manos, pero sabía que pronto me vería rodeado, ya sentía los pasos aproximarse. Llevármelo ahora, sería prácticamente imposible. Lancé contra la pared al guardia y cogí mi espada y con todo lo que me quedaba -y mi fe- le hice un pequeño corte al Cristal. Y cogí el fragmento con el que a duras penas escapé para nunca más volver.

Cuando llegué junto a ella, coloqué el cristal en su pecho. Y tomé sus manos. Pero ya era muy tarde. Se despertó brevemente y me miró a los ojos diciéndome: “Sabía que volverías para estar conmigo”. Yo le respondí que nunca me alejaría de ella, a lo que respondió “Lo sé, ni yo de ti”. Y cerró los ojos... Ese momento nunca se borrará de mi mente, cuando ella se fue, pero tampoco los momentos de felicidad que viví con ella, cuando me hizo ver y sentir que ni mi vida tenía que ser prefijada, ni la suya, y que por ese tiempo, todo fue perfecto...
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Es una bonita historia, amigo, pero aunque suene cruel, ella ya no está contigo. ¿Por qué me querías contar esto?

Gracias por escuchar todo lo que tenía que decir, Beralios. Pero, eso es lo que crees tú, no todo es lo que parece, ella nunca se ha alejado de mí, desde que la conocí siempre me ha acompañado, desde ese día -hace ya tanto tiempo- ha viajado conmigo. Ella abrió mis ojos, me hizo ver todas las posibilidades. Sin ella mi vida no habría sido nada. Aunque no esté físicamente conmigo, su espíritu está dentro de mí. El primer día que me dio una sonrisa, mi camino se dirigió a otros senderos. Y sé que la veré de nuevo, de eso estoy completamente seguro, su nombre está grabado en mi corazón...Su voz en mis oídos, y hasta ahora, cuando veo las estrellas, recuerdo como era observarlas con ella a mi lado, en esas caminatas por el bosque en que la vida parecía tan simple... y tan bella. Mi alma la encontrará, tarde o temprano, para vivir con ella lo que nos faltó. En el lugar donde todos los ríos se mezclan en el mar.

Quiero que hagas algo por mí y por ella (sacando un cristal de una pequeña bolsa). Quiero que le des esto a mi hijo cuando sea mayor y pueda entender, lo acompañará y ayudará por nosotros dos.

Como lo desees.

Gracias, Beralios, sabía que podía contar contigo.

Afuera de la pequeña habitación en que las dos personas estaban, ya por varias horas, se encuentra un niño jugando.

Como que mi nombre es Beralios, le daré de tu parte este Prisma a Cyd...


Fin...


No, no es el fin.... Recién es el principio.
Ahora a reconstruir todo, a recomenzar el viaje....

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miércoles, 21 de enero de 2009

Todo tiempo pasado fue mejor

La gente suele decir que todo lo que pasó antes fue mejor que lo que pasa ahora. Hasta hace unos días este pensamiento cruzó mi cabeza varias veces.

Así funciona el corazón, la nostalgia.

Pero no es tanto que todos los tiempos pasados sean mejores, sino que es más fácil mirar hacia atrás y enmarcar los recuerdos como momentos efímeros en los que querer vivir eternamente.

Al mirar al pasado, todo cobra significado con cada pieza puesta en su lugar, con cada color visto y cada sonido escuchado dentro de una sinfonía acabada.

El presente es más un discurrir en el "ahora", un crear mientras se avanza por lo que es complicado establecerle un principio y un final hasta que ya ha sido recorrido.

¿Pero se puede evaluar el camino, mientras se camina? Claro (pero ¿quién lo hace realmente?)

Por eso es mejor acoger nuestras dosis de tristeza, de alegría, de dolor y de euforia. Todo nos enseña.

Y el presente es lo que nos hace -realmente- apreciar el pasado.


Y viceversa

miércoles, 7 de enero de 2009

1:45 am


Ya hace años que siempre me duermo a esa hora. Creo que es porque soy una persona más nocturna que diurna (que no significa que sea vampiro, ni tocinero empedernio, ni nada) y por eso no puedo dormirme, por ejemplo, a las 10pm.


Prefiero aprovechar la noche avanzando cosas, escribiendo -o lo que sea. Y si a eso le añado que el sol me llega (¡¡¡y más en estas épocas con este calor de mierda!!!) entonces ansío bastante que llegue la noche (aunque haga calor de todas maneras)...


Pero, ¿eso qué tiene que ver con la hora exacta?


Creo que nada, o bueno casi nada.


Quizás la hora sea un ejemplo más de mi obsesividad y compulsividad que se ve reflejada en muchas de las cosas que hago. En algunas cosas aún soy medio robotito.


Aunque bastante gente cree que soy más una lacra asquerosa y putrefacta, que una persona ordenada. Y eso no es cierto (pero eso será para otro post).


Creo que me duermo tarde porque la noche me da una tranquilidad muy fuerte. El silencio, la nada...Y por eso prefiero estar acompañado de esa soledad.


Y en la soledad -además- se piensa y se siente un poco mejor


Y es bueno -a veces- hacer eso.


Pero -nuevamente- ¿qué diablos tiene que ver con la hora exacta?


Nada


Quizás sea sólo una costumbre, al final todos estamos llenos de ellas, inútiles, vanas, características que al final nos distinguen...

jueves, 1 de enero de 2009

Sobre amigos,conocidos, desconocidos y el Hi5

En estos momentos estoy chequeando mis contactos del Hi5. Harta gente con la que nunca he hablado ni intercambiado sentimientos. Y ni idea la razón por la que los tengo.

¿Bonita foto quizás? ¿Algo en común?

Estoy borrando a la gente con la que no tengo nada, no porque no importen, al final todos le importamos a alguien. Y de hecho que con alguno tendré en común muchas cosas, con una que otra podría tener una historia perfecta, pero en resumen no sé quienes son. Puedo saber mucho de ellos; y aún no saber quienes son.

En la actualidad la gente conoce más personas, pero tiene menos amigos reales. (Cuenta imaginariamente a los que puedes decirles todo -o casi- y ahí tendrás más o menos una idea).

El capitalismo llegó a la amistad. Ahora compramos y vendemos amigos. Y en el comprar y vender, los amigos se vuelven nombres y dejan de ser individuos. Se vuelven características estadísticas.

¿Cuántas personas tienes con nombres que comiencen con N?




Con N de Nadie

¿O que les guste House?

Sumando características no sacas una persona. Ni tienes un lazo duradero.

Tienes un comienzo

¿Y cuántos pasamos de ahí?
Y no sólo en el Hi5...

Feliz Año Nuevo. Bienvenidos a Cyd del Prisma


Feliz Año Nuevo Señores!

Me propusé el año que acababa, recrear mi viejo blog (que hace años tenía en Universia) y por eso estoy acá.

Mi nombre es David y soy psicólogo, pero es quizás por mi faceta de Fundador de Transformers Perú que me conocen más. En este blog -Cyd del Prisma- abordaré todas mis facetas no transformeriles (en la medida de lo posible) y así retomaré algo que siempre me gusto. Escribir...

*Que lo haga bien es -en efecto- otra cosa


En Cyd del Prisma expondré todas mis ideas, mis historias y en general casi cualquier cosa que me haga pensar, sentir, explotar y crear.

¿Pero por qué Cyd? Cyd es el personaje de un libro que espero terminar este año (tengo bastantes historias de él) y ¿Prisma? Eso lo sabrán pronto...

Entremos en el prisma, cada camino es diferente. Diferente como cada uno de nosotros. No todos los caminos te llevan hacia el futuro y algunos no te llevan a ningún lado...

Pero a veces no hay que moverse para avanzar o caminar para encontrar




David